Daud con la ayuda de diversos experimentos juega con la música y lo visual, sin utilizar efectos especiales ni "animación digital ó CGI" .
A través de una bobina de tesla gigante crean momentos electrizantes que bien podrían estar dentro de 16,000 volts. Texturas acuosas y el fuego también hacen la combinación perfecta para lograr un deleite visual que representa una fusión entre la ciencia y la música.
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